Ago

20

+2015

Polémico video acerca del abuso infantil

Escrito por: Enrique A. Quagliano

En una problemática de por sí violenta como lo es el grooming, se viralizó en estos días un video realizado por Coby Persin, un youtuber estadounidense que suele subir videos de humor, aunque esta vez se pone serio y habla -muestra- los riesgos de internet con un sesgo teñido de violencia, según me parece.

Veamos primero el video en cuestión:

Una primera impresión que me dio es que se trata de un video que busca el impacto. Y la viralización que ese impacto produce, claro: en cuatro días el original por sí solo obtuvo más de 26 millones de visitas -con su consiguiente ganancia monetaria-. Esto sin contar los cientos de medios que reprodujeron las versiones subtituladas publicadas por otros usuarios.

Luego, una segunda mirada: simular un delito para alertar sobre el mismo me resulta por lo menos contradictorio. Se me ocurrió, no sin sarcasmo, que podría hacerme pegar un tiro para ver que se siente, por si alguna vez sucede que me disparan.

Hablo en primera persona porque no quiero establecer aquí una verdad irrefutable, sino presentar mi punto de vista al respecto de la difusión -y el temor, por qué no- que genera el video, después de varios años de investigar y difundir el tema de la seguridad y la privacidad en la red.

El aspecto más importante de la problemática que aborda el video es tener presente en todo momento que las chicas -los menores, todos ellos- son siempre las víctimas. Fueron manipuladas, seducidas y engañadas por enfermos que sólo piensan en captar a sus víctimas para abusar de ellas. Son las víctimas y no los culpables de la astucia de estos psicópatas. Quisiera recordar a nuestros lectores que años atrás se descubrió que un experto en abuso infantil, docente universitario y autor de libros sobre el tema, era justamente el jefe de una banda de pedófilos. Como para tener presente la calaña de estos siniestros delincuentes.

Con gritos y sentimientos de culpa como los que se observan en el video, creo, no se resuelve el problema. Y lo grave: la víctima sigue desprotegida.

Quién ha atravesado alguna situación traumática conoce perfectamente la mezcla de temor, frustración y dolor que sufrieron las 3 niñas en las situaciones en que las colocaron durante el llamado «experimento social» -con qué autoridad, podría decirse-, sobre todo en el caso de la última jovencita. Pregunto, ¿vale la pena aprender así?

Es claro que cada padre hace lo mejor que cree y entiende para la educación de sus hijos. Sólo que dudo de la violencia de ciertos mensajes que equiparan y hasta superan a veces la violencia del problema original.

[Nota: Hemos publicado en ocasiones anteriores otros videos que a nuestro parecer abordan la problemática con seriedad y advierten sin provocar temor. Se pueden ver aquí, aquí y aquí.]

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